Hace falta perseverancia
2 minutos de lecturaLa perseverancia significa tener éxito.
Dentro de todas las personas encontramos pequeños vicios que nunca nos dejan en paz. La pereza, el orgullo, la soberbia, la avaricia, la envidia … siempre están en guerra. Solo una determinación feroz puede dominarlos. Y una vez dominados, sin perseverancia, en cuanto aflojamos, reaparecerán a la primera oportunidad. La perseverancia es absolutamente necesaria.
Determinación e iniciativa son indispensables
Qué fácil decirlo y que complicado cumplirlo. Preferimos ser esclavos y dejarnos llevar que adaptarnos a cualquier situación en la que nos encontremos. No somos amigos de pasar “apuros” y por ello nos dejamos arrastrar por la “comodidad”. Los apuros representan retos y es con ellos que superamos obstáculos que refuerzan nuestro carácter y habilidad. Los retos son nuestros mejores profesores.
No tengan miedo a fracasar. Inténtenlo una y otra vez. Hay un viejo proverbio que merece la pena recordar: “El buen juicio viene de la experiencia, y la experiencia viene del mal juicio”.
No permita que los fracasos le derroten. Construyan sus éxitos sobre la base de cada una de sus derrotas. Todo lo que experimentamos y sufrimos es el resultado de nuestros esfuerzos y acciones, sean estas buenas o malas.
La vida material
Tenemos que cortar las ataduras de la vida material que tratan de retenernos. Entramos en una espiral que hacen creernos que valemos por lo que poseemos pensando que vamos a lograr la felicidad, pero en realidad cuando somos dichosos nos tenemos que acordar de la desgracia y los días desgraciados, no olvidarnos de la dicha.
Cuando somos favorecidos bien pronto nos olvidamos de las calamidades y caemos en la arrogancia. Cuando somos calamidad nos consolamos con el recuerdo de los favores recibidos. Siempre vamos a recibir lo uno y lo otro; es inevitable. Si estamos sufriendo de la calamidad, el recuerdo de los favores recibidos amortiguará nuestro sufrimiento, Si hemos sido favorecidos, la previsión y el temor a caer de nuevo en la calamidad moderarán la alegría de los favores.
- Cuando somos jóvenes, todos tenemos fuerzas para cambiar el mundo
- Luego de adultos, queremos cambiar a la gente que nos rodea, aunque solo sean amigos y familiares
- Ya de ancianos, buscamos la gracia de cambiarse uno mismo