Introducción
Imagínate levantarte por las mañanas y aceptar plenamente a la persona que ves en el espejo. Aceptando el éxito y el fracaso como componentes naturales del proceso de aprendizaje. Sin embargo, la autoaceptación no es la panacea para el perfeccionismo; esperar que obre milagros en nosotros, solo producirá más infelicidad. En nuestra búsqueda de una vida más feliz a través de la aceptación, es inevitable que encontremos muchas perturbaciones. La autoaceptación es la actitud que tiene uno consigo mismo cuando se trata de aceptar sus defectos y virtudes de manera coherente, sin juicios, ni reproches.
¿Por qué no ser un poco más condescendiente y aceptar que la victoria y el fracaso son parte de una vida plena y satisfactoria? Sentir miedo, envidia y rabia, y, en ocasiones, no querer aceptarnos como somos es simplemente ser humano.
Pero no hay aceptación completa si no somos capaces de entender que somos la persona alegre que queremos ser, pero también la triste que a veces escapa. Somos la persona dócil que intenta agradar y la hostil que daña. La valiente que lucha diariamente por los suyos y la cobarde que no quiere enfrentar sus miedos.
Somos, en cada uno de nuestros aspectos, polaridad entre dos extremos. Y si no aceptamos el miedo, no desarrollaremos la valentía. Si no aceptamos la tristeza, no viviremos libremente la alegría. Si no aceptamos y reprimimos y negamos una parte de nosotros, no podremos disfrutar plenamente de su opuesto. No sabremos qué es la luz si no hemos conocido la oscuridad.
El equilibrio es el resultado de esta aceptación completa de uno mismo, de las emociones, tanto de las negativas como de las positivas, de las intuiciones, de la sabiduría interior.
Responde estas preguntas:
- ¿Recuerdas algún momento, alguna época de tu vida, en la que te hayas aceptado completamente a ti mismo, como eres, con todas tus emociones?
- ¿Qué te llevo a tener esa actitud?
- ¿Puedo aceptarme plenamente a mí mismo ahora?
Ejercicio nº 36
Completar la oración
En una hoja de papel escribe por lo menos seis finales para cada una de las siguientes oraciones. Haz lo más rápido posible, sin pensarlo mucho. Cuando termines, examina tus respuestas, reflexiona sobre ellas y comprométete por escrito actuar en consecuencia de tu análisis. Luego, trata de completar al menos cuatro oraciones diarias durante el resto de la semana.
- Si me doy permiso para ser humano…
- Cuando reprimo mis emociones
- Si puedo ser un 5 % menos perfeccionista
- Si puedo ser un 5 % más realista
- Si me convierto en optimalista
- Si aprecio mis logros un 5 % más
- Si acepto mis fracasos
- Le temo a
- Tengo la esperanza de
- Empiezo a darme cuenta de
Lista de agradecimientos
Continuamos con el ejercicio nº 1. Escribe las razones por las que estas agradecida.
Día 1: Estoy agradecido por…