Semana 27 – La pérdida que sufrimos

Introducción

Es imposible describir el dolor que se sufre cuando se pierde a un ser querido. Quien sobrevive a la pérdida, observa que existen dos formas de superar este hecho traumático:

  1. Quienes se sienten incapaces de contemplar la vida sin la persona que hasta ahora había estado a su lado
  2. Quienes se recuperan tras un periodo de dolor y son capaces de retomar el rumbo de su vida, volviendo a encontrar sentido en sus actitudes y sus emociones.

Si nos damos a nosotros mismos el permiso para sentir, para venirnos abajo si es necesario, seremos capaces de levantarnos después sobre una base emocional más firme y más sólida tanto para nosotros como para quienes nos rodean.

El dolor por la pérdida de un ser querido es el período de sufrimiento y duelo después de una muerte. El llorar a alguien es una parte del proceso normal de reacción ante una pérdida. Usted puede experimentar el sufrimiento como una reacción mental, física, social o emocional. Las reacciones mentales pueden incluir el enojo, la culpabilidad, ansiedad, tristeza y desesperación. Las reacciones físicas pueden incluir problemas para dormir, cambios en el apetito, problemas físicos o enfermedades.

Responde,

  • ¿Cómo he manejado la pérdida que he sufrido en el pasado, de una amistad, una relación, un empleo o alguna otra cosa importante para mí?

La duración del dolor por la pérdida

Puede depender de la cercanía de la relación con la persona fallecida, si era de esperarse la muerte, y otros factores. Los amigos, los familiares y conocidos pueden ser fuentes de apoyo. La orientación o la terapia para el sufrimiento también es útil para algunas personas.

Ejercicio nº 27

Meditación consciente

Durante las últimas décadas ha habido un número creciente de investigaciones sobre los beneficios de la meditación consciente para la salud física y mental. La conciencia es la presencia en nuestra mente de lo que hacemos en la actualidad, y su aceptación sin emitir juicio ni valoración. Somos conscientes cuando nuestra mente se concentra en el aquí y el ahora. Cuando experimentamos plenamente la experiencia vivida y nos permitimos sentir sin restricciones, independientemente de que nos guste o no lo que sentimos.

La meditación consciente es la práctica de esa aceptación.
La práctica de la meditación consciente es sencilla en sí misma, pero implantarla de manera regular requiere constancia. Para que la meditación tenga un efecto significativo en nuestra calidad de vida, hay que practicarla regularmente, de manera ideal todos los días, durante 10 minutos por lo menos.

Ejercicio

En la meditación hay muchas variantes, y sería buena idea asistir a unas clases de un instructor experimentado. He aquí unas instrucciones sencillas con las que puedes empezar hoy mismo.

Siéntate. En una silla o en el suelo. En una posición en la que estés cómodo. Preferiblemente con la espalda y el cuello derechos. Puedes cerrar los ojos y empieza a relajarte y concentrarte. Concéntrate en tu respiración. Inspira con suavidad, lenta y profundamente. Siente como el aire desciende llenando tus pulmones hasta el abdomen, y luego exhala despacio y suavemente.

Siente cómo asciende la parte superior del vientre cuando inspiras, y desciende cuando espiras. Durante los próximos minutos concéntrate en ese movimiento de tu vientre. Llenándose de aire al inspirar de manera suave, lenta y profunda. Luego vaciando el aire al exhalar con lentitud y suavidad. Si tu pensamiento deriva hacia otros lugares, vuelve a traer, de manera tranquila y reposada, a ese movimiento en vaivén de tu cuerpo.

Lista de agradecimientos

Continuamos con el ejercicio nº 1. Escribe las razones por las que estas agradecida.

Día 1: Estoy agradecido por…

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