La diferencia entre querer y amar explicada por el Principito
Voy a poner un vídeo del “principito y la rosa” para hablar de tres palabras que usamos frecuentemente para referirnos a nuestros semejantes pero que no son lo mismo. Querer, amar y estar enamorado suelen confundirse, a menudo, estas palabras como si fueran términos idénticos.
Querer es un sentimiento que nos impulsa a dirigir nuestro cariño y aprecio hacia una persona, a un objeto, a un lugar e incluso a una situación. Amar en cambio va mucho más allá del querer, es un acto, es principalmente aceptación pura, libre de juicio, y cuando experimentamos amor, nos aúpa, nos conduce a un elevado estado de conciencia.
Enamorarse o estar enamorado, en cambio, es una obsesión que no tiene nada que ver con amar y muy pocas veces con querer. Enamorarse implica apego e ilusión, una proyección en alguna situación, persona o cosa, donde se hacen coincidir artificialmente características de un modelo idealizado en la mente del que sufre la obsesión o enamoramiento y el objeto real. Por eso se dice erróneamente que el amor es ciego. El amor no es ciego, ciego nos hace estar enamorados porque ensoñamos en lugar de apreciar. Las relaciones de pareja es, mayoritariamente, las que más se asocia al enamoramiento, aunque también podemos enamorarnos de un objeto o de una idea, es decir, obsesionarnos con un objeto al que atribuimos unas características especiales.
Profundiza en tu percepción personal
Un ejemplo que aclara estos términos se puede encontrar en una frase de Mario Benedetti:
Aprender que hay personas que te ofrecen las estrellas y otras que te llevan a ellas. Esa es la diferencia entre quien quiere y quien ama.
En cada etapa de la relación nos vamos pronunciando con bellas palabras. Si nos gusta algo o alguien, podemos asegurar que “por ahora“. Si vamos al nivel superior, cambiaríamos “por un tiempo” y si amamos locamente sería “por siempre“.
Dar amor no agota el amor, muy al contrario, lo expande y aumenta ya que esa es su naturaleza. La única manera de devolver el amor es abrir el corazón y dejarse amar.
No saber cómo hacerlo bien es lo que entra en conflicto. Debemos empezar por el desarrollo de la inteligencia emocional, algo fundamental para encauzar nuestras emociones en pro de nuestra salud y nuestra felicidad.
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