Introducción
A tu enemigo lo conoces. Por el contrario, en una amistad saludable, se marca el camino y se promueve el desarrollo. Cuando no sabes si de verdad puedes confiar en tus amigos compruébalo. Son los que no alimentan engaños. Quien no es amigo es enemigo.
Aquellas personas que buscan nuestra amistad no tienen que ser masa de aceptaciones ni un apoyo incondicional, es decir, alguien que conviniera en todo lo que dijéramos.
Alguien que solo quiere ser amable conmigo y apoyarme sin jamás oponerse ni desafiar nada de lo que digo y hago, no me ayudará a crecer y a mejorar. Un amigo auténtico cuestionará mi actitud y mis palabras, y al mismo tiempo aceptará mi persona sin condiciones. Tiene que ser alguien que me respeta y me quiere lo bastante para ser capaz de oponerse a lo que digo y lo que hago, sin que su oposición a mis palabras o acciones llegue a cambiar lo que siente por mí como persona.
Tener amigos nos ayuda a mirar el mundo de otra manera. A tomar distancia de ciertas reflexiones o a radicalizar algunas ideas con argumentos más profundos. Puede surgir una amistad fugaz que se da en un momento puntual o la persona oculta que está ahí por el resto de nuestra vida. Están las amistades que se limitan a entornos concretos, como el laboral o familiar. O las que surgen por azar. Un buen día se cruzaron en nuestro camino y empezamos a compartir valores, solidaridad, apegos…, etc.
Los amigos van y vienen, pero los enemigos se van acumulando. Según pasa el tiempo van surgiendo amistades pero por circunstancias diversas dejan de frecuentarse y se diluyen. Surgen otras nuevas. Pero pasan los días, pasan los meses, pasan los años, y mientras las amistades van y vienen, los enemigos, siempre se acumulan.
La amistad implica una entrega desinteresada a otros para hacerles la vida agradable, tal como ya apuntaba Aristóteles, cuando decía que debemos invitar a los amigos a compartir nuestros momentos dichosos pero evitar invitarlos a participar de nuestras desgracias.
Responde estas preguntas:
- ¿Tengo amigos maravillosos que cuestionan mi actitud y mis palabras?
- ¿De qué manera me han ayudado a mejorar?
- ¿Puedo ser yo un amigo que ayudo y cuestiono para otras personas?
Ejercicio nº 38
Resolución de conflictos
Piensa en un conflicto, grande o pequeño, que tengas con alguien. Replantea el problema por escrito preguntándote cómo contribuye o perjudica a tu felicidad y la de la otra persona. Piensa en posibles soluciones que puedan aumentar el nivel de felicidad de ambos o del grupo.
¿Crees que la mejor solución podría ser perdonar o dejar las cosas así? Hay problemas que se cobran un alto precio y mantenerlos puede no ser conveniente para nuestro bienestar.
Tampoco pueden resolverse todos los problemas mediante un replanteo de la situación. Por diversas razones, mucha gente se aferra a sus problemas con miembros de su familia, antiguos amigos o grupos enteros de personas, muchas veces sin necesidad, por lo que todos terminan pagando un alto precio.
¿Vale la pena tener rencor a un antiguo amigo que me ha decepcionado por alguna razón?, ¿Alguien se beneficia de ello?, ¿No sería mejor plantearme los hechos, reconocer que me sentí herido por esa persona, y después hacer lo que pueda por recuperar su antigua amistad?
Lista de agradecimientos
Continuamos con el ejercicio nº 1. Escribe las razones por las que estas agradecida.
Día 1: Estoy agradecido por…